En las últimas semanas han aparecido diferentes referencias en prensa alertando sobre los posibles peligros de beber de agua de mar sin regulación ni control alguno. Y no les falta razón: el agua de mar no es adecuada para ser consumida directamente del océano a nuestro organismo.

Debemos considerar que en el agua de mar podemos encontrar todo tipo de microorganismos, residuos químicos, derivados del petróleo como microplásticos y otros contaminantes. De todos ellos, los microorganismos son los más peligrosos a la hora de ser consumidos: bacterias, virus, hongos, animales de pequeño tamaño, entre otros.

Bacterias presentes en el agua de mar.

En el apartado de los microorganismos, son las bacterias (tanto de origen marino como no marino) las que pueden suponer un mayor riesgo para nuestra salud.

  • Entre las bacterias autóctonas del medio marino, podemos encontrar bacterias como las Vibrio Vulnificus (también conocida como la bacteria "comecarne") o las Vibrio Cholerae, responsable de enfermedades como el cólera.
  • Las bacterias terrestres, fundamentalmente de origen fecal, llegan al agua de mar a través de escorrentías y cauces de los ríos, emisarios submarinos y riadas derivadas de las tormentas e inundaciones, provocando un aumento significativo de los residuos procedentes del continente). Alguno de estas bacterias, como la bacteria Escherichia coli, Staphylococcus aureus o los enterococos intestinales, se adaptan y sobreviven en el nuevo medio, obligando incluso al cierre de playas.

AQP, el proceso de producción y control del agua de mar de Quinton que hace posible su consumo.

Sin embargo, para que este agua de mar sea considerada apta para el consumo, ha de reunir una serie de requisitos establecidos por entidades como la EFSA (European Food Safety Autorithy) y AESAN (Agencia Española de Salud Alimentaria y Nutrición), además de cumplir con otros límites recogidos a nivel nacional por en el RD 140/2003 y RD 1799/2010, leyes que regulan en el agua potable y envasada para el consumo humano.

En nuestros laboratorios, no solo tenemos en cuenta todos estos parámetros, si no que además seguimos un proceso de producción muy específico, fundamentado principalmente en 3 puntos:

  1. Elección adecuada del lugar de extracción, puntos del océano denominados Vórtex fitoplanctonicos, donde existe una elevada riqueza mineral que favorece la aparición de fitoplancton y zooplancton. Según los estudios de Maurice Aubert, estos sustratos minerales disueltos en el agua de mar son fácilmente asimilados por el organismo humano.
  2. Microfiltración en frío. Una vez llega nuestra materia prima al laboratorio, la sometemos a una microfiltración en frío a 0,22 micras en estrictas condiciones de asepsia (sala blanca), según indicaciones de la Farmacopea Europea. De esto modo, el agua queda libre de impurezas y agentes externos contaminantes, pero no pierde ninguna de sus propiedades ni minerales. Así mismo, realizamos diversos controles microbiológicos y analíticas físico-químicas garantizando en conjunto más de 100 parámetros para garantizar la calidad de las especialidades de Agua de mar Quinton.
  3.  Dilución a la Isotonia: en los mismos laboratorios añadimos agua de manantial, de unas características muy concretas y en diferentes cantidades, para reducir la concentración de sales y ajustar el agua de mar a la isotonía mineral.

Este protocolo de elaboración, único en el mundo, lo conocemos actualmente como Advance Quinton Protocol. Fue establecido originalmente por René Quinton hace más de un siglo, siendo adaptado por nuestro equipo técnico a las nuevas tecnologías de nuestro tiempo. Cualquier proceso en el que no se respete estos tres puntos provoca una modificación en las características originales del agua de mar, lo que le resta eficacia. Gracias a este proceso se ha podido demostrar que el Agua de Mar Quinton contribuye a la salud orgánica a través de una renovación y nutrición celular completa.